jueves, 18 de diciembre de 2008

18/12/2008. BANDÓN DE AVUTARDAS

El día prometía soleado y "cálido" en la amanecida. Por fin veíamos el sol después de semanas de oscuridad pero apenas duro eso, lo que tarda en asomar el astro rey por el horizonte. Volvieron las nubes y esta bella estampa que veis en tonos cálidos sobre el río Arlanza, se convirtió en un lienzo gris.

¡Así no hay quien haga una foto decente!
Lo más interesante del día ha sido, sin duda, un grupo enorme de avutardas (Otis tarda) que he visto en tierras del pueblo de Zael. He llegado a contar 76 ejemplares. Comparando con grupos de la Tierra de Campos castellana y, sobre todo, con las poblaciones zamoranas, pucelanas y palentinas, no es mucho. Por allí, en invierno, no es difícil encontrarse un grupo de 200 ejemplares. Pero la población burgalesa es mucho más pequeña y, teniendo en cuenta que el núcleo más importante está en la parte occidental de la provincia (lo que se denomina la Tierra de Campos burgalesa, junto a las riberas de los ríos Odra y Pisuerga), este grupo de hoy supone todo un hallazgo. Mi teoría es que son aves venidas de poblaciones más pequeñas para pasar el invierno en la zona, ya que durante la época reproductora, la población es diez veces menor en este lugar. Tal vez de núcleos reproductores en los límites más orientales del área de distribución de la especie en la península. Como sabemos, está constatado que esta especie, cuando es necesario, hace pequeñas migraciones en busca de zonas más propicias para pasar el invierno, formando grupos compactos. Aquí os dejo alguna foto de los ejemplares de hoy los cuales, por cierto, estaban muy activos por culpa de los tiros de los cazadores, lo que ha facilitado poder hacerles alguna foto en vuelo, porque cuando se posan lejos, es imposible hacer algo decente con una reflex y un telezoom.


Pero no todo ha sido alegría. Hoy me he vuelto a encontrar con la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), que observara por primera vez el día 3 de diciembre. Pero hoy, ni descansaba en la orilla del río, ni carroñeaba, ni cazaba ratones en la cuneta. Quizá, por culpa de esta última afición, me la he encontrado muerta junto a la carretera donde le gustaba cazar micromamíferos. Supongo que atropellada...

Interesante también la observación de un escribano cerillo (Emberiza citrinella), asociado a un grupo de trigueros y gorriones molineros, también cerca de Zael. Es la primera vez que lo veo en la zona. Supongo que un invernante altitudinal, de las poblaciones del norte de la provincia o de la cordillera cantábrica.

Y, de regalo, un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus). Otro aficionado a cazar en las cunetas. Esperemos que tenga más suerte que la garcilla.

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