31/01/2011. El mirlo común, protagonista

Hace unas semanas observé un mirlo capiblanco en la zona de Tejada. Era la primera vez que lo veía aquí y, por eso, fue una noticia importante ese día. Si váis al listado de especies de la derecha y pincháis sobre su nombre, podréis leer la crónica de su observación.
Pero ese mismo día me di cuenta de que su primo, infinitamente más abundante, el mirlo común, ni siquiera aparecía en la lista. Así que llevaba unos días queriendo hacerle unas tomas.
La verdad es que, a pesar de ser muy abundante, no me ha resultado nada fácil de fotografiar ya que son muy desconfiados aquí, al contrario de lo que pasa en las grandes ciudades. Aún así he recurrido a lo fácil y lo he buscado por los jardines de Lerma.
He fotografiado dos. Este primero es un macho adulto, como puede apreciarse por su pico y su anillo ocular de un amarillo muy patente.

En la misma zona y cerca de él, había otro ejemplar macho también pero de una edad inferior, un individuo de primer invierno. Su pico es oscuro aún y el anillo ocular no ha adquirido el amarillo chillón típico de los adultos. Tres imágenes.

Las fotos no son nada del otro mundo pero, al menos, hago justicia a este pájaro que había permanecido olvidado en este espacio, hasta hoy.

He aprovechado para fotografiar algunas de esas otras especies comunes que viven en parques y jardines cerca de nosotros.

Dos gorriones comunes, primero un macho y luego una hembra.

Y una elegante urraca, especie que no por ser abundante deja de ser bellísima.

En cuanto a lo noticiable, sigue la garceta grande en su trozo de río en Lerma.

Además, la amiga Sonia García, ornitóloga en ciernes, me ha dicho que hoy a primera hora del día ha visto una lavandera blanca de la subespecie inglesa (yarrellii) en las inmediaciones de la estación de autobuses de Lerma. Curiosamente hace casi un año (03/02/2010) vi un macho allí.

Para completar la entrada, fotos de parte de un grupo de una docena de cigüeñas que pasaban el frío como podían.

Y, como no, la correspondiente foto de buitre. Esta es diferente por la iluminación que tiene desde abajo, producida por el reflejo del sol en la nieve que cubría el suelo en Mecerreyes. No había más de una veintena de ejemplares rondando la zona ya que no había comida.

Y este estornino negro con parte de la cara pelada que le daba un aspecto curioso, también en Mecerreyes.