Segundo día consecutivo por el campo, esta vez de mañana. A primeras horas del día visité el comedero de Mecerreyes por si hubiera algún buitre negro más y tuve suerte. Apareció el habitual, el que está marcado con distintivos alares (procedente de la sierra de Madrid) y que no veía desde noviembre. Le hice una foto.
.jpg)
No pude aguantarme y volví al comedero de Nebreda después de la exitosa visita de ayer, para corroborar que en la zona hay nada menos que 5 buitres negros diferentes, y así fue. Volví a ver los cuatro del día anterior, por lo que mi teoría se vio probada. Fotos de dos de ellos.
.jpg)
Acababan de hechar unos cerdos, por lo que hoy el número de buitres sería de unos 500 aproximadamente. Hacía mucho tiempo que no veía tantos juntos. Debo decir que en Mecerreyes no habían hechado nada, por lo que es normal un número tan alto. Hoy, lógicamente, el porcentaje de negros es ínfimo. Lo que sí me extrañó fue no ver ningún alimoche en ninguno de los dos comederos, por lo que pienso que los ejemplares que se ven durante este mes, salvo las parejas que están ya sedimentadas en sus puntos de cría tradicionales, sean ejemplares en paso. Lo que sí vi fue a este milano real robando trozos de carnaza entre los buitres leonados.
Otra cosa curiosa. En el muladar de Nebreda, cuando los buitres se van saciando, algunos de ellos se tiran en un campo a unos 100 m. de la valla del comedero, para solearse mientras hacen la digestión. Pues en ello estaban unos 40 ejemplares, cuando un viejo zorro apareció entre ellos buscando algún tipo de alimento que, lógicamente, aquí no había sino dentro del recinto donde no me hubiera extrañado verlo. Además, el mamífero no se inmutó ante mi presencia a pesar de no estar muy lejos de él, metido en el coche eso sí. Foto del momento de "caminando entre buitres".
En la pequeña charca donde vi los chorlitejos de ayer, pude fotografiar testimonialmente al bisbita alpino que permanecía aquí por segundo día consecutivo.
Ni rastro de los chorlitejos pero, a cambio, hay un andarríos grande nuevo que no es el de finales de febrero.
Pero lo mejor del día, salvando los buitres negros, fue la observación fugaz de un pechiazul entre la vegetación junto a esta laguna. Le hice una espera de unos veinte minutos pensando en que saldría, pero no tuve suerte. A ver estos próximos días.
