Anoche di otra vuelta y llevé conmigo la cámara compacta (ideal para hacer macros). Tuve la suerte de encontrarme, entre Tordueles y Cebrecos, con este enorme ejemplar de sapo común en la carretera. Supongo que por el tamaño, una hembra.
El sapo común o, mejor dicho, los sapos en general, están rodeados de unas creencias y de un folclore popular que no hacen justicia a la realidad. Grandes depredadores de moluscos, coleópteros y todo tipo de invertebrados, son capaces de llevarse a la boca todo bicho viviente que sea más pequeño que ellos, incluido algún roedor.
En estos tiempos en que están en claro declive debido a un buen puñado de causas (pesticidas, exceso de rayos ultravioleta debido a los cambios en la composición de la atmósfera, atropellos en carreteras, desecación de zonas húmedas, grandes temporadas de sequía... etc.) y que para el hombre, todo son plagas en el campo (insectos y roedores), quizá este animalejo sea una de las mejores soluciones contra esas supuestas plagas.
¡Y de feo nada! Me parece un animal precioso, eso sí, tiene una cara de tipo serio... Pero esos dos ojazos rojos son toda una obra de arte de la naturaleza.
Esperemos que esta hembra tenga mucha suerte y viva muchos años. De momento, la caminata por la carretera de anoche, acabo bien. Solo el susto de encontrarse con un humano tan grande...
En cuanto a pájaros, solo un chotacabras gris visto en Pinilla-Trasmonte y unos cuantos autillos cantando en la misma zona.