Gracias a una casualidad, he podido hacerle unas fotos a este adulto de búho chico de una de las parejas que crían en la zona. Os dejo una serie aquí, todas en vuelo (son las que más me gustan por dinámicas y por ser las que mejor expresan la esencia y singularidad de un pájaro), en varias posturas para apreciar lo maravilloso de esta especie en particular y de las rapaces nocturnas en general.
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Y este era el motivo por el que no me quitaba ojo. En el lugar había dos pollos, los dos sanos y salvos de los desalmados gracias a la vigilancia, entre otras cosas, de los que disfrutamos del campo y de sus seres.
