Unas fotos de hace unos días. Una pareja de corzos campeando tranquilamente a las tres de la tarde cerca de Lerma. Especie cada vez más abundante y más descarada que no duda en salir de sus escondites a cualquier hora.
Esta hembra se detuvo a escasos metros de mi posición.
Y ha este macho tuve que cederle el paso en un camino. Él ni se inmutó, ni me miró, ni corrió...