En Bascones del Agua me detuve junto a una vieja caseta donde se esconde un transformador y me entretuve haciéndole unas fotos a los habitantes de la caseta. Estos habitantes son dos especies que muchas veces pasan desapercibidas por considerarse comunes. Pero de vez en cuando conviene deleitarse con su presencia, por lo menos, mientras no haya otra cosa.
Se tratan del gorrión molinero y el gorrión chillón.
Fotos de los primeros.
Y una foto del segundo. Siento especial predilección por esta especie a pesar de que, en principio, ni es espectacular, ni tiene un canto melodioso ni es, precisamente, confiado. Pero formaba parte de la banda sonora que sonaba en el campo y que podía identificar por mí mismo cuando comencé en esto hace ya bastantes años. Además recuerdo cuando, siendo un niño, me encontré uno de estos muerto y, entre esos colores terrosos descubrí un puntito amarillo en la garganta. Aquello, aún no entiendo por qué, me fascinó. Aquí os dejo una foto y, además, la portada de este mes también se la dedico a la especie.
Por allí rondaba este cernícalo también.
Por allí rondaba este cernícalo también.
1 comentario:
Yo también siento predilección por los gorriones, bien sean comunes, molineros, chillones o morunos.
gracias por dedicarles esta entrada.
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