La noticia de hoy ha estado en Escuderos, pequeñísimo pueblo en la ribera del Arlanza, entre Villahoz y Pinilla de Arlanza, por su margen derecha. Para mí, es uno de los rincones más bonitos del río y que debería frecuentar más de lo que lo hago.
Esta mañana cuando crucé el viejo puente que une Escuderos con Torrepadre, se levantaron dos garzas reales de la torrentera que forma aquí el río. Un pequeño escalón donde el agua discurre con rapidez. Pero, entre la vegetación de la ribera y su zona sombría, había algo que se veía blanquito. Era la pequeña garza de la noche, el martinete.

Esta especie se comporta casi exclusivamente como migrante en la provincia que, unido a su escasez y la dificultad para observarla debido a lo cerrado de los sotos de las riberas burgalesas y sus hábitos discretos y nocturnos, la hacen pasar muy desapercibida. Pero aún así se pueden ver varios ejemplares a lo largo de casi todo el año.
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