Hoy la sorpresa ha estado en unas pequeñas graveras inundadas de Torrecilla del Monte (las que vi hace unas noches en busca de anfibios y donde hice las fotos de la ranita de San Antón). Allí me he encontrado un grupo de 7 archibebes comunes, que es solo la segunda vez que localizo a esta especie en la vega. La otra ocasión fue en julio del año pasado cuando vi varios en la balsa de riego de Tordómar.
Pero hoy ha sido mucho mejor. Si bien a primera hora de la tarde tuve que observarlos bajo una intensa lluvia y apenas sin luz, a eso de las 19:00 se abrieron claros que permitieron el paso de la luz del sol entre la umbría. Apenas fue media hora, pero volví a las graveras a intentar hacer mejores fotos y este es el resultado que, opino, no está mal para mi escaso nivel.

Ha habido una pareja que se mostraba muy unida y mientras el resto de archibebes se alimentaban por separado, estos dos no se separaban para nada. Incluso me han obsequiado con los juegos típicos de la época nupcial. Esta pareja no espera a llegar a su destino que será sus zonas de cría. Aquí os dejo una secuencia completa de las posiciones en paralelo mostrando el blanco obispillo y espalda, la cola abierta con la cabeza baja y los saltos del macho alrededor de la hembra.








Pude aprovechar el paso de un cernícalo que levanto el grupo de limícolas para hacer estas fotos en vuelo donde puede apreciarse perfectamente el típico patrón de vuelo del archibebe común, con la espalda y el obispillo blancos y las dos grandes ventanas triangulares blancas de las alas, la cola blanca fina y profusamente barrada de negro y las patas rojas sobresaliendo del borde caudal.
Creo que no puede haber especies más representativas para observar durante este fin de semana que se celebra el "Día Mundial de las Aves Migradoras" en todo el mundo. Si hay un grupo de aves que sabe lo que es la migración de larga distancia, esas son entre otras, los limícolas.
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