Resulta que dos compañeros de trabajo me han contado que la pasada madrugada, la del día 4, han podido ver, ¡por dos veces! un ejemplar de lobo ibérico en el término municipal de un pueblo de la vega del Arlanza cuyo nombre, como entenderéis, no voy a dar.
Durante los cuatro años que llevo en la zona he barajado siempre la posibilidad de ver a este rey de la fauna española pero, a pesar de tener información de lugares de paso y zonas de campeo, nunca he tenido suerte.
La pasada noche he prospectado la zona de la observación pero no he tenido la fortuna de mis dos amigos. En fin, seguiremos buscando ya que es un animal al que hace años que no observo.
Y, ahora, ¿cómo os cuento algo que os entretenga?, pues nada. La mañana ha amanecido fría (-2ºC) y con una niebla espesísima que no ha levantado hasta las 12:30 horas. Esto unido a la escasez de pájaros que vivimos este invierno, os dará una idea de la mañana que he pasado...
El título de esta entrada está pensado para describir a esas siluetas orníticas que se intuyen entre las nieblas matutinas de estos días anticiclónicos de invierno, además de la pedazo observación de lobo, primer fantasma del que os he hablado.
Cerca de Lerma, esta hembra de gavilán se escondía entre la niebla mientras cerca se movía un nutrido grupete de pardillos.
No muy lejos de allí, dos milanos reales esperaban a que levantase el manto espeso para poder iniciar sus correrías en busca de las presas que les permitirán acumular calorías para pasar un día más. Con la niebla debe resultar difícil buscarse el sustento desde las alturas.
Ya iba levantando cuando me acerqué a ver a la garceta grande que lleva desde el día 26 de enero en su trocito de río lermeño. Justo cuando la encontré cambió de posición.
Ya con el sol en todo lo alto y la temperatura subiendo rápidamente (a las 14:00 h. llegó a los 11ºC) le hice una foto a este joven cormorán que raseaba el río a la altura de Quintanilla del Agua.
Y ¡cómo no!, ¡buitres!. ¿El Serengueti africano? ¡No, el valle del Arlanza burgalés!
Este precioso petirrojo buscaba invertebrados entre las viñas.
Una foto de la cencellada, producida por la combinación de niebla húmeda y frío, que había a primera hora en un camino de Tordómar.
Y el astro rey intentando abrirse paso entre la capa de niebla, en Zael.
Seguimos con poca chica pero, al menos, tenemos esa observación de lobo ibérico para celebrar esta entrada, por cierto, LA NÚMERO 300.
Ya iba levantando cuando me acerqué a ver a la garceta grande que lleva desde el día 26 de enero en su trocito de río lermeño. Justo cuando la encontré cambió de posición.
Ya con el sol en todo lo alto y la temperatura subiendo rápidamente (a las 14:00 h. llegó a los 11ºC) le hice una foto a este joven cormorán que raseaba el río a la altura de Quintanilla del Agua.
Y ¡cómo no!, ¡buitres!. ¿El Serengueti africano? ¡No, el valle del Arlanza burgalés!
Este precioso petirrojo buscaba invertebrados entre las viñas.
Una foto de la cencellada, producida por la combinación de niebla húmeda y frío, que había a primera hora en un camino de Tordómar.
Y el astro rey intentando abrirse paso entre la capa de niebla, en Zael.
Seguimos con poca chica pero, al menos, tenemos esa observación de lobo ibérico para celebrar esta entrada, por cierto, LA NÚMERO 300.
3 comentarios:
300!!! y parece que aún fue ayer!!
Muy guapuca esa foto del accipiter.
ENHORABUENA POE EL BLOG. EXCELENTE CALIDAD DE IMÁGENES Y RELATO.
SEGUIRÉ SU BLOG. LE INVITO A PASARSE POR EL MÍO.
SALUDOS.
Pues 300 son muchas entradas ya, lo que indica que por tu tierra siempre haya algo interesante que relatar y fotografíar. Enhorabuena y seguimos a la escucha.
Saludos desde Pucela.
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