Ya parece otoño. Los días amanecen muy frescos y no ha parado de llover desde hace dos días. La tierra va cogiendo humedad y, por fin, el Arlanza va pareciendo de nuevo un río. Después de hacer el recorrido habitual por sus orillas a primera hora de la tarde y viendo que sigo sin la suerte de poder ver a una de mis aves favoritas, el águila pescadora, me subo a los páramos de Iglesiarrubia. No sin antes ver un par de martines pescadores, uno en Santillán y otro en Torrepadre. No es un pájaro que se prodigue mucho por aquí, pero estamos en época de dispersión y ya se sabe...
Volví a acercarme a la zona donde hace unos días vi un grupito de 8 alcaravanes, pero esta vez la sorpresa fue mayor. Comencé a ver uno, luego otro, luego dos juntos... y me puse a contar. ¡76 ejemplares! ni más ni menos... En esta primera foto se pueden ver, hasta 10 ejemplares, mimetizados con el labrantio pedregoso en el que descansan.
Y en esta serie, fotos de algunos de ellos. Ya se que suena a una disculpa más, pero últimísima hora de la tarde, cielo encapotado y lloviendo.... malas fotos.
Un poco antes de ver los alcaravanes, pude observar a esta alondra común que no podía apenas volar. El motivo se ve en la foto, tiene todo el dorso y las alas negras, empapadas de una sustancia oscura. Este líquido no es otro que el purín que están echando en estos días a los campos para abonarlos.