No tengo ninguna novedad que contaros, así que os cuelgo la remesa de fotos que he hecho hoy. En la primera, la garceta grande de Lerma que ayer no ví, pero hoy sí, aunque sigo sin poder hacerle una foto decente.

En Villahoz, me entretuve unos segundos con "mi tocayo" (en mi tierra natal se le llama
fonso). Y digo unos segundos porque no me dió tiempo a más. Estaba posado en lo alto de un montón de piedras de los que se acumulan en los bordes de los caminos y carreteras y que sacan de las tierras de labor. Estos montículos son sitios ideales para varias especies del campo burgalés como los gorriones chillones, collalbas grises, cernícalos, ratoneros, esmerejones y, claro, mochuelos; y son usados como sitios para críar, refugiarse o de atalayas.
A primera hora del día pude ver el elanio común que vió Pablo ayer por la tarde en la zona de Cilleruelo de Abajo, pero apenas había amanecido y no tenía luz suficiente. Es más, ni siquiera había preparado la cámara aún.